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“Más vale malo conocido que bueno por conocer”

15 octubre, 2014 by Aranzazu

“Más vale malo conocido que bueno por conocer”

Con la irrupción de  Internet en nuestro día a día, cada vez que llega a nuestras manos una tecnología nueva, nos invaden miles de temores. Muchos pensarán,  ¿para qué otro “cachivache” nuevo si ya tengo uno que funciona de maravilla? Es en ese justo momento cuando empiezan a surgir las dudas y miedos.

Juan Manuel Lucía Megías, ha creado Elogio del texto digital para eliminar todas las incógnitas  existentes entre los usuarios. Javier Celaya, escritor del prólogo de dicho libro, lo define como un “quitamiedos”.

 El autor nos ejemplifica el salto a las nuevas tecnologías con el paso del rollo de papiro al códice. Cuando apareció este último, fue  muy criticado y una vez se estableció en su entorno, los monjes se aprovechaban de las ventajas que este ofrecía. De manera similar nos ocurren a nosotros los inmigrantes digitales.

 “Medios que son una incógnita cuando aparecen, que reúnen a su alrededor miedos y entusiasmos en las mismas proporciones, que ven en ellos novedades y ventajas, al tiempo que siguen, inevitablemente, usos y costumbres propios de los medios anteriores, los que eran hasta aquel entonces los más habituales, los más usados, los únicos conocidos”.

 Siguiendo  la línea del códice, diremos también  que el autor nos hace una pequeña comparativa en cuanto a la aparición de la imprenta en el siglo XV y el avance de la tecnología. Es decir, la aparición de la imprenta supuso la dejadez del códice manuscrito lo que hoy en día hará el libro digital con el libro impreso.

¿Cómo vamos a anclarnos en el libro digital sin antes haber aprendido a escribir?

La escritura nace por una necesidad práctica vinculada a actividades comerciales. No es extraño que el alfabeto griego, el que permitirá abrir la escritura a la democratización del saber y del conocimiento, surgiera a partir de la adaptación del alfabeto de uno de los pueblos comerciales que dominó el Mediterráneo en la Antigüedad: el fenicio”.

 La escritura como tecnología, necesita de un aprendizaje previo para conocer lo que hoy forma el alfabeto, las grafías. A pesar de tener tantos idiomas y formas tan diferentes,  casi todas ellas provienen de un mismo alfabeto, el de la zona de la escritura cuneiforme, según nos explica el autor. Este tipo de escritura avanza hasta las inscripciones griegas en piezas funerarias de arcilla.

Una vez establecida y conocida la escritura, pasamos ya a la elaboración de rollos y más adelante códices manuscritos como hemos explicado anteriormente.

A la par de la evolución de la escritura, sucede lo mismo con los avances tecnológicos. En su día hubo unos precursores como Vannevar Bush,  John Bardeen, Walter Brattain y William Shockley, entre otros, que se lanzaron a crear nuevos medios con la finalidad de ampliar el campo de las nuevas tecnologías e ir evolucionando con el paso de los años hasta llegar a los nuevos sistemas con los que contamos hoy.  Miles de formatos, lenguajes, claves, etc. de los que nosotros los emigrantes digitales solo conocemos lo básico,  se divulgan por la red. Los nativos digitales, acostumbrados desde niños a convivir con este tipo de materiales, conocen e investigan mucho más a fondo toda esta encrucijada.

¿Y todo esto de dónde proviene? ¿Internet?

Igual que la escritura ha manifestado un proceso de evolución, los ordenadores y la red también. Pongamos por ejemplo el caso de Steve Wozniak y Steve Jobs, fundadores de Apple, crearon su primer ordenador por una necesidad. La insuficiencia económica no les permitía comprarse el ordenador entonces de moda por lo que se vieron obligados a crear uno propio. ¿Y esto es así de sencillo? Pues no, hace falta tener conocimientos científicos que ambos tenían. El paso de los años les ha ido favoreciendo cada vez más hasta llegar a conocer sus IPOD, IPAD, IPHONE. Y es que… unos nacen estrellas y otros estrellados.

El tema de la red también ha ido experimentando cambios. Todo empezó con la idea de crear una red en la que los ordenadores pudieran estar conectados de manera on-line. En 1969 aparece Arpanet, más adelante, las líneas se privatizan y así van pasando los años, con la creación de World Wide Web hasta llegar a lo que hoy todos conocemos y utilizamos: Internet.

En esta potencia mundial como es Internet, se encuentra Marc Zuckerberg y Facebook. ¿Quién no conoce Facebook en la actualidad? ¿Quién no tiene un perfil creado? Un porcentaje muy bajo no lo tiene y un porcentaje altísimo es el que le ofrecen cada año a Zuckerberg por comprarle la patente de Facebook. Cantidades bárbaras se le ofrecen a este hombre y las rechaza continuamente. ¿Por qué vender algo que me está dando ganancias diarias? Yo tampoco lo haría.

Como bien nos dice el autor, cada época ha tenido sus precursores y con cada uno ha ido avanzando el mundo de la informática de a poquito.  Pero yo me pregunto:

 “¿Cómo será el futuro del libro, del texto?”

“Lo que está sucediendo en la actualidad —y aquí nos centramos en el ámbito hispánico— con el libro electrónico y el auge de los e-readers

puede ser una buena radiografía de nuestros miedos, de nuestras limitaciones, de los muros que seguimos levantando ante las innovaciones y que nos impiden ver más allá del presente”.

La primera difusión de los libros electrónicos no dio frutos por lo que no llegó a expandirse demasiado pero un segundo intento hizo que los e-readers, sean la revolución de la actualidad. Una manera sencilla de almacenar cientos de libros en solo un dispositivo. Un dispositivo que cada vez crean más agradable a nuestra vista y que te venden con más ventajas que el anterior. Navegando por la red y pulsando a un solo botón descargamos cualquier libro. Sí, es más rápido pero ¿dónde queda el crearte una biblioteca con cada ejemplar que te compras? ¿Y el tacto del libro físico? Y lo más intrigante, ¿qué sucederá con las editoriales?

“La forma física del libro impreso, tal y como se impone a partir del siglo XVI

hasta nuestros días, va a estar condicionada por la necesidad comercial

que da sentido a la industria editorial. El libro es un difusor

de conocimiento y de noticias; pero también es un objeto con el que se puede traficar, comercializar, obtener beneficios”.

 Así es, las editoriales publican con el objetivo de incrementar sus beneficios con cada ejemplar nuevo que publican. Técnicas de difusión y marketing son las que utilizan para ello, ferias del libro, firmas de autores…

Todo este esfuerzo no les sirve de nada teniendo como enemigo a Internet. Es por ello que muchas editoriales se plantean la posibilidad de dar el salto al mundo  digital pero su desconfianza es extrema. Ven al libro digital como un rival que terminará anulando el campo editorial a lo largo de los años. Otro obstáculo que se les plantea es el precio del libro digital y el libro físico ¿debería ser el mismo o inferior por ser digital? Se barajan infinitud de respuestas a esta pregunta. Si la multitud, cada vez más frecuente, sustituye el libro físico por el e-reader es porque es mucho más económico. Ahora bien, cabe distinguir entre la descarga de libros totalmente gratuita y la compra de ejemplares vía on-line. El autor se refiere a esta última con la pregunta. A menudo, la compra on-line, es más frecuente debido a su bajo coste.

Además, frente a la Biblioteca de Alejandría que contenía el 70% de conocimiento humano nos enfrentamos a las bibliotecas digitales virtuales que pretenden obtener el 100% de ejemplares existentes manteniendo su formato. De este modo, si los dispositivos electrónicos están apartando el libro analógico, las bibliotecas de este tipo están acabando con la existencia de las bibliotecas de lectura tradicionales. Terminarán por digitalizarse y ya no gozaremos de esa pequeña porción de tiempo que utilizamos para escoger el ejemplar idóneo, esa pequeña batalla existente en tu mente cuando no te decides por uno en concreto y te llevas dos…

Una acumulación de factores que nos llevan a pensar en un futuro próximo. Un futuro en el que todo acabará siendo virtual, por medio de redes y ordenadores. Las editoriales irán decreciendo cada vez más si no optan por dar el salto a las plataformas digitales pero sin embargo, los creadores de artilugios accesibles a los nuevos formatos irán haciéndose grandes y aumentando sus ganancias de una manera bárbara. La era digital tiene muchas ventajas, es cierto, pero cuenta también con cantidad de inconvenientes como es por ejemplo la reducción de empleos a causa de las nuevas tecnologías.

José Manuel Lucía con este ensayo nos ofrece un interesante paseo por diversas épocas: desde el rollo de papiro hasta el e-reader, más conocido como e-book.  Nos lleva a plantearnos la posibilidad de dar un paso más allá de lo tradicional, cruzar el puente por completo y no quedarte a mitad del camino.

 “Nosotros, los inmigrantes digitales, nos vamos adaptando a la nueva situación y vemos cómo se va transformando día a día desde la pantalla de nuestros ordenadores”.

 Sea de nuestro agrado o no, si tarde o temprano vamos a cruzar, ¿para qué esperarnos?

 

“Bienvenido a tu mundo, el que quieres consultar, el que quieres crear”.

 

 

 


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